viernes, 27 de mayo de 2011

Sans Diosa


Este es nuestro momento, le digo al Chico que Nunca Ha Dormido.
Esta es nuestra lucha, nuestra afonía, estas, limpias y sucias, son nuestras manos.

¿Qué tienes, qué debes, cuánto vales?

Has quemado tus uniformes, tu aparato dental,
has revuelto todas las piezas.
(Averigua ahora cual pertenece a cada caja).


Cada vez me asusto menos, o lo finjo mejor.
Cada vez nado más rápido, me muevo con agilidad.
Me sé vestir para cada ocasión.

Estrategias impecables para perseguir metas siempre dignas.
Entre estas letras mando solo yo, dejándome llevar.

No te creas que me has atrapado,
soy la anti-garantía de que esta noche consigas follar.

Mis sueños avanzan demasiado lejos,
y cada vez son menos los candidatos que se atreven a mirar su distancia.

El miedo paralizó a todos los anteriores aspirantes,
pero de cada uno guardo momentos, palabras, admiración...
Secuencias brillantes y una puerta abierta:
siempre tendremos una próxima vez.


Hoy que gritamos como nunca,
que me excito sin control.
Hoy que damos la vuelta al mundo,
que me despierto temprano.

Ahora que los deseos de verano me hacen caminar,
que me inunda esta líbido tan sana,
que me enamoro de cada mirada, cada objeto,
cada idea sorprendente.

Hoy que ignoro a los cotillas,
que vuelvo a echar tanto de menos el mar...
El mar.

Que el tren se para a destiempo,
el hambre causa estragos,
me cago sin vergüenza en los más prestigiosos analistas.

La Chica Enigma y el Corazón Rubio también lo saben,
y Seik, que quiere jugar.
Y también todos los que disimulan
porque su encierro amenaza con arder.