miércoles, 5 de abril de 2017

Zapatos Nuevos


Resulta que ahora ya no bebes cerveza.
Bebes algún vapor descafeinado con saborizante a risa beata y cuero aplasticado.

Me importa por tener una razón para señalarte con el dedo, pero en realidad sigo admirando tu rareza. Como aquel día en que reclamaste dos Heineken sin la menor necesidad de explicación.

Te observo en silencio a través de multitud de agujeritos. Exploro tus vaivenes cual fan adolescente, como cualquier novia con las que he tenido la obligación de lidiar.

Mis ideas se agotan de sueño, mi frente va a estallar.
Crezco. Pero Madrid sigue cumpliendo 20 años cada 4 de abril, entre compases de viento inesperado y tráfico incansable.

Estridentes campanas anuncian una nueva visita. Esta vez se llama: Adelgaza. Ya conocí a Viaja, Corre, Estudia, y Dejadecotillear.

Demasiadas terapias, escasos resultados. Las estadísticas se perpetúan al fondo de este estanque abandonado.
Ya no se oyen crujir las hojas secas al llegar el otoño.
Ensuciaron con mierda y barro tus mejores recuerdos, tu galería de cuadros, tus zapatos nuevos.

Cepillaría tu pelo hasta ayudarte a dormir. Mira mis hombros, mira qué enormes mis manos. Mi fuerza es más grande que la nostalgia que hizo temblar a Safo.
Vigilaría mientras duermes, cantaría contigo.

Cuando érais pequeños, hace ya tiempo, buscasteis con esmero el trozo ideal de playa para guardar. Hemos estado lejos.

Demasiado lejos. Qué rabia.

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