jueves, 5 de agosto de 2021

Escenario abandonado



Palpo las paredes de este laberinto confuso, evitando encontrar la salida. Alimento cada día la esperanza que conserva una absurda creencia: el cambio reversible, retroceder en el camino, recuperar el tiempo perdido.

Qué costumbre malsana, qué absurdez, cuántos gritos. Estampo las palmas de mis manos sobre el cristal, cuento mis dedos, mis afiladas uñas. se retuercen mis muñecas.

Últimamente he viajado más que nunca. Me confundí entre las mariposas y fui a parar a innumerables escenarios, ya abandonados. Ese nudo en la garganta, estar creciendo, no entender. Escurrir de agua mis zapatos, caminar de su mano, aterrizar en el Madrid de los 80.

A pesar de eso reconozco mi suerte. Duermo entre risas y aspavientos alocados. Duermo tranquila, de momento. El sexo ya no es suficiente, vuelvo a no encajar. 

Me he abrazado a tu cintura ancha y he recordado cómo de cálida era tu casa. El tacto de tu falda, tu andar apresurado, tus sabios consejos.

No hay manual al que recurrir, no hay prospecto o vaticinio, no hay tirada de carta certera. Simplemente las palabras se han deshecho.

Rebusco en los armarios voces rasgadas por la edad, el tabaco yo los excesos. quiero recuperar los celos, la envidia, el egoísmo. Vengarme, arrastrarme. Sudar, respirar, masticar...

Las páginas se dejan mover por el viento, y mientras tanto la historia, vacía de trama, va avanzando.

Mi mayor temor era saltar sin saberlo sobre arenas movedizas. Me asustaban también las pirañas y los terremotos. 

Ahora miro atrás en vez de delante mientras activo los músculos de mis piernas cansadas. Un paso más. 

No hay comentarios: