viernes, 25 de noviembre de 2016

Imaginación ajena



Me fumo la lluvia.

Escurro en mis zapatos los charcos
y recreo en mi piel erizada aquella película de Ripoll.

Horas muertas entre piezas de imaginación ajena,
haciendo rotar electrones complementarios dentro del mismo eje orbital.

Esta ciudad invadida por despertares sobresaltados
y desayunos a deshora.
Esta incertidumbre constante y giratoria,
apagada a la fuerza en una fría y desarraigada estación de metro.

Pasaron los años, dejaste de dormir entre mis sábanas y cogiste el primer tren de la mañana. con cuatro prendas de abrigo y el suficiente combustible para mantener tus pies en marcha.

Maullidos nocturnos, obsequios sin destino, ropa tendida, empapada en la ventana.
Vagos acercamientos a la definición exacta tanto anhelada:
Conexión, amor, cercanía, latidos intensos. Pum! Pum! Continúas...
Pum! Pum! Continúas...

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