domingo, 2 de febrero de 2020

Impulso y recuerdo

Estiro bien de mis mangas hasta que logran rozar el suelo.
Me he vestido con la escafandra urbana que me protege de insulsos, insultos, pantomimas sin elaboración y apestosos mendigos.
Llevarás encima toda la música que quieras pero no tienes ni idea de cómo dejar de sentirte solo.
Plaza Elíptica- Vagabundeo entre la duda de alquilar unas piernas infantiles o contratar a un mafioso con cara de asco.
Tú y yo lo sabíamos.
Escuchamos ladridos de perro en el descampado. Paseábamos descalzos por calles en ruinas. levantamos, armados de valor, lápidas aún con el cemento fresco.
Y cantabas. Y me engañabas cantando.
Una nana cuya letra hablaba de gasolina y un fin de fiesta rotundo. Antes morían en Bosnia y en Vietnam.
Se trastoca mi plan maestro por caer detrás del viajero indeciso.
Dentro o fuera, caer o seguir corriendo.
Guardo escondida en mis botas la solución, así que por el momento sólo debo preocuparme de disimular mi gesto en paranoia y encontrar algún espejo.
Madrid, 2017. Impulso y recuerdo.
Estupidez infinita. Crueldad, sangre y mucha tontería.

No hay comentarios: