miércoles, 25 de junio de 2008

Al doblar la esquina

Encended dos velas y que sigua la música. Tenerte tenue y tembloroso, gozando incrédulo, fuerte, sabio, honrado y salvaje, sudando conmigo, piel contra piel, tu pecho en el mío, tu sexo estrellándose, viajar volar, crear y crecer. Convertirnos en seres tan cotidianos como extraños. Recibir cartas nuevas cada día. Verte, mirarte… mirarte, conocerte, adivinarte, olvidarte, sorprenderme.

Cierra los ojos y alégrate porque ayer todo fue cierto. Los cierro con fuerza para guardarte bien dentro y que nadie te pueda robar. Me llevo tu cuerpo, tu deseo, tus gemidos, tu placer, tus ganas, tu boca… y los hago míos. Alegrarse de estar vivo, Chico - magia, y dormir cuando apetezca, abrazado a quien quieras. Me llevo también tu luz, tu intimidad, tu atención interrogante y tu despiste. La belleza está detrás de las normas, las hemos enderezado a nuestra manera. Reconozco lo libres que somos. Caminé a ciegas convencida de que no iba a toparme con un muro de piedra. Qué bien.

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