miércoles, 25 de junio de 2008

Nada es imposible

Los duendes se escapan… aparecen ahí a mitad del camino, miran a los dos lados, te ven venir, y se van corriendo. Mi hermana descubrió uno hace tiempo.

Qué bueno el sexo, ¿Verdad Cachorro? Eres: tu cuerpo. Eres música, viento, lágrimas. Con ello creces, vuelas hasta mi ventana. Tengo hijos extraviados y muchos más que no llegaron a nacer.

¿Qué estarás haciendo ahora?
- Durmiendo, como todo el mundo.
Espantando moscas, pintando de otro color la pared. Te vas con tus flores rotas, dices.
- Planta otras aprovechando la lluvia.
- Mi suelo está cubierto de mármoles rotos.
- Nada es imposible.

Mi puerta permanece abierta pese a que yo la dejé cerrada con candando. Hay un cartel de “no se admiten más invitados” pero en realidad espero que se interprete como un vulgar “pasen sin llamar”. Mi entrepierna es un túnel transitado. Cuántas viejas amistades he reencontrado en su oscuridad…

Te tomas en serio mis bromas, las deposito quemando en tus manos, y tu las ves sangrar, sin piel y sin pretextos. Sin jabón donde enjuagar nuestros errores, ni detergente que desincruste el vómito en nuestras camisas. Tiempo para descansar: una semana entera para ti.

Cabalgo como una más entre amazonas sin caballos pero con intenciones inquietas bajo sus sombreros. Ríete de la suerte del desafortunado, y luego gira la carta que te han dejado sobre la mesa.

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